Atrevida, confusa y surrealísta
Atrevido y arriesgado proyecto que
presenta y desarrolla un relato adelantado a su tiempo, con diversas lecturas
de interés. Un hombre bisexual comienza a mantener relaciones con una mujer que
ha tenido tres relaciones anteriores, con fatales conclusiones para sus
cónyuges.
Nos encontramos ante una producción confusa,
atrevida, inconformista, polémica, enfermiza, surrealista y fría, con toques
eróticos y una carga sexual elevada. Su director Paul Verhoeven, ofrece la que fue una de sus obras europeas más polémicas y reconocidas. Presenta y desarrolla
una historia con toques de intriga, suspense y alto contenido erótico que
indudablemente le abrió las puertas para dirigir Instinto Básico.
Presenta y maneja temas adelantados para
la época, la bisexualidad y la homosexualidad, mostrados sin tabú. Temas
presentes en una trama confusa, que mezcla realidad, premoniciones y
surrealismo, con diversos simbolismos, en los que la religión y el sexo están
vinculados.
No esconde nada, muestra toda una trama
pesadillesca que cuenta con diversas secuencias de carácter erótico y sexual,
acompañando a la sombra de sospecha que rodea al personaje femenino, una mujer
sobre la que se cierne la sospecha de poseer la perturbadora naturaleza de la
propia viuda negra.
Presenta algunas carencias en cuanto a
ritmo, calidad de imagen y efectos especiales, no llegando a resultar lo
suficientemente convincentes y que el paso del tiempo deja en mal lugar.
El argumento es, en apariencia, complejo
y atípico, y los responsables de la película ofrecen un tratamiento
relativamente elegante y cuidado en determinadas secuencias cargadas de polémica.
De esta forma el director ofrece un pequeño relato enfermizo y extraño que
abusa de situaciones nunca vistas con anterioridad.
En resumidas cuentas, El
cuarto hombre queda como un extraño relato erótico, perturbador y
atrevido, que Paul Verhoeven maneja
con total libertad creativa.
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