Lucy no luce
Irregular producto de acción que sirve en
bandeja un vehículo para el lucimiento de su actriz protagonista, Scarlett Johansson, producido por el
siempre eficaz, Luz Besson,
productor de Transporter, Nikita y Leon el profesional,
entre otras.
Luc
Besson firma el guion de la
película, donde logra ofrecer una premisa inicial interesante y atractiva en la
que una joven muchacha es víctima de unos criminales que la convierten
involuntariamente en una máquina plagada de conocimientos y que se convertirá
en una amenaza para todos ellos.
La premisa inicial de la trama es
atractiva y conecta con el espectador desde un comienzo, pero como ya
mencionaba al inicio de la crítica de la película, ésta tiene un desarrollo
irregular, haciendo que se vaya diluyendo en algo pobre a medida que avanza la
trama, dejando sin explotar las numerosas opciones que ofrecía la idea inicial.
Besson sabe otorgar a la película de un tratamiento original,
insertando monólogos del intérprete, Morgan
Freeman, que explican paulatinamente y de forma independiente, todo los
procesos por los que pasará la joven protagonista, evitando ralentizar la
acción y sentando con claridad las bases de los acontecimientos que se van a ir
sucediendo. Scarlett Johansson, se
hace dueña y señora de la película, tomando todo el protagonismo, demostrando
su capacidad y cualidades para el cine de acción, pero deja entrever sus
limitaciones a la hora de dar credibilidad a un personaje. Por suerte el
personaje interpretado por la actriz protege a la misma, puesto que su
comportamiento frío y distante, como el de un robot, hace que no se aprecien
las notorias limitaciones interpretativas de la actriz, a la que habría que enseñar
a caminar con tacones con relativa urgencia, puesto que en todas las tomas que
aparece con tacones parece que esta ebria. Los mejores momentos de la película
llegan cuando se vuelca en la acción pura y dura, dando paso a la demostración
de poderes de la protagonista, con toda una galería de efectos especiales
sencillos, bien elaborados y convincentes. No están a la altura de los de una
producción americana pero cumplen, con solvencia, con su propósito. El director
y responsable de la película opta por caer en un desenlace repelente y alejado
de la acción, ofreciendo una representación evidente de la creación del
universo que se antoja grandilocuente y alejado de las posibilidades de una
producción de acción. Resulta interesante, a la vez que fallido, puesto que
pierde el pulso de la tensión y de la acción, cayendo en lo pesado.
Una lástima, puesto que las bases en las
que se sustenta, Lucy, prometían más de lo que terminan por ofrecer, quedándose
en una producción de acción, al uso, carente de la chispa necesaria. Bastante
pobre en su conjunto y decepcionante.
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