Es el rey
Inesperada y agradable
sorpresa la que me he llevado con esta grandilocuente y apabullante producción
alocada, donde poder volver a disfrutar de una de las grandes figuras del cine,
King Kong.

Cuando parecía que todo lo
relacionado con la figura del monstruo cinematográfico por excelencia, King Kong, había quedado en el olvido
después del último intento llevado a cabo por Peter Jackson (Agárrame
esos fantasmas, El
Hobbit: un viaje inesperado,
El
Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos). Ahora el mundo del cine
vuelve a abrir sus puertas, para recibir a King Kong por todo lo alto. La
historia se ha renovado y no sólo trae caras nuevas, sino que aparecen nuevos y
variados invitados monstruosos, con una historia que hará las delicias de los
amantes del cine de acción y aventuras tradicional.

Esta nueva producción trae
aires frescos para el cine y lo hace con acierto, renovando el interés del
espectador y devolviendo la ilusión por los riesgos y peligros que pueden
desatar unos peligrosos seres que están sueltos en una misteriosa y desconocida
isla.
El director, Jordan
Vogt-Roberts, logra jugar con los elementos de terror habituales y a su vez
darle un toque de humor simpático, fresco y desenfadado, con un ritmo del
desarrollo muy dinámico.

Despierta las mismas emociones que la primera película del año 1933,
vuelve a deslumbrar y a ser todo un espectáculo visual, ofreciendo claros
guiños y homenajes a la primera parte, dando paso a toda una revolución como
muchos esperaban.
Kong: La isla calavera, parte de una idea inicial original, gamberra, al
tiempo que descerebrada, cuyos responsables llevan a buen puerto, gracias en
parte a que no se toman en serio la propia película, dando paso a una mezcla de
terror y aventura bien construida. Hay espacio
para el humor y ciertos homenajes a la primera parte y logra funcionar
apoyándose en unos notables y, más que convincentes, efectos especiales que
vuelven a devolver a la vida a monstruos milenarios y a nuevas incorporaciones
que hacen las delicias del espectador. Todo un espectáculo visual digno de
aplauso.

Ofrece aventuras, acción,
emoción, diversión y deja espacio para grandes instantes de tensión. Se le
puede acusar de edulcorada, puesto que podría haber dado para muchos más
regueros de sangre, pero bueno, a los productores les interesaba una versión
para todos los públicos para llenar las arcas. El director cae en el abuso de los efectos especiales y logra distribuir
las apariciones de los monstruos, manejando el suspense con inteligencia,
sugiriendo el peligro al que se enfrentan los protagonistas, antes de destapar
y dejarlos sueltos ante los ojos de todos.

Esta nueva aventura de King Kong, abre la puerta para posibles
continuaciones, veremos lo que hacen con él, porque ahora mismo viene pegando
fuerte. King Kong es el rey en su
terreno y se hace notar.
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